Una planta comercial producirá biorresinas a partir de residuos de tomate en Italia


Tipo de entrada: NOTICIA. 

La start-up TomaPaint está desarrollando una planta comercial de producción en el norte de Italia para transformar los residuos del procesado del tomate en biorresinas que serán usadas como recubrimientos en el envasado de alimentos. 

Figura 1. Cutina (tomada de la página web de TomaPaint) 

TomaPaint srl fue fundada en 2019. Los cofundadores son Angela Montanari, Stefano Chiesa, Alessandro Chiesa y Tommaso Barbieri. Su actividad principal es la industrialización y comercialización de una biorresina natural obtenida a partir de subproductos industriales del procesado del tomate. La tecnología de TomaPaint se basa en casi 10 años de investigación, como parte de los proyectos europeos: BIOCOPAC, LIFEBiocopacPlus (coordinado por SSICA) y Agrimax (proyecto BBI JU). 

La biorresina está hecha de cutina y se utilizará como revestimiento para latas de metal, envases para, entre otras cosas, salsas de tomate. La cutina es un polímero natural, tipo poliéster, que se encuentra en la cutícula de las pieles de tomate y es la sustancia utilizada para producir la laca de base orgánica. Es posible extraer la cutina independientemente del origen de los tomates y del tipo de piel. El proceso de extracción de cutina no utiliza disolventes orgánicos y se basa en tecnologías bien probadas, con altos rendimientos y productividad a costos relativamente bajos. Este proceso consiste en la separación de las pieles por flotación, en el tratamiento térmico de las pieles en una solución alcalina, en la separación por centrifugación de una solución líquida, donde la cutina es precipitada por acidificación y separada por centrifugación (véanse los detalles del proceso). 

En última instancia, la planta será capaz de procesar 1.500 toneladas de residuos de tomate al año y proporcionar suficiente cutina para satisfacer los mercados italiano, europeo e internacional. La producción de bioresinas de la nueva instalación reducirá las emisiones de CO2 y el uso de productos químicos peligrosos, en comparación con la producción de resinas basadas en combustibles fósiles existentes. Las emisiones de carbono son 730 mg menos por lata de metal, en comparación con los recubrimientos convencionales. Teniendo en cuenta que en Italia se utilizan 650 toneladas de contenedores metálicos cada año, la reducción de las emisiones de dióxido de carbono podría ser impresionante: 1 millón de kg de CO2e al año. El proyecto para ampliar la planta está financiado por EIC Accelerator Horizon 2020 Green Deal de la Unión Europea.

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