SIRA 2017 – Pautas para el sector del biorrefino europeo del futuro
La revisión de este documento se
ha gestado durante meses. La Agenda Estratégica de Innovación e Investigación (“Strategic Innovation and Research Agenda”,
SIRA por sus siglas en inglés) del Consorcio de Bioindustrias (“Bio-based Industries Consortium”, BIC por
sus siglas en inglés) refleja las ambiciones de sus miembros y las traduce en
un conjunto de acciones específicas diseñadas para dar lugar a resultados
tangibles entre 2020 y 2030. Fue editada por primera vez en el año 2013 y acaba
de ser actualizada hace algunos días para tener en cuenta los objetivos de los
miembros más nuevos del BIC y los desarrollos tecnológicos y de mercados más
recientes, entre otras cosas. Puede parecer un período corto pero las cosas han
cambiado de manera muy rápida en la bioeconomía europea.
Además, la SIRA es la base sobre
la que se planifican las convocatorias de propuestas para la BBI JU. La nueva versión
ya aplica para la convocatoria BBI JU 2017 cuya fecha límite para la presentación
de convocatorias es el 7 de septiembre. Por lo tanto, es una lectura obligatoria
para todos aquellos actores inmersos en la preparación de consorcios y
propuestas. También determinara las temáticas y estrategias de las
convocatorias que se lanzarán hasta 2020.
Teniendo todo esto en cuenta, la
SIRA es una buena herramienta para comprender y anticipar el rumbo que tomarán
las biorrefinerías avanzadas a nivel europeo en los plazos corto y medio. Creo
que merece la pena analizar brevemente algunos de los puntos clave y nuevos
enfoques de la edición actualizada.
Figura 1. Portada de la SIRA
De cadenas de valor a
orientaciones estratégicas
El esqueleto de la SIRA 2013
estaba articulado alrededor de 5 cadenas de valor: de las materias primas
lignocelulósicas a los biocombustibles avanzados; la próxima generación de
cadenas de valor basadas en los bosques; la próxima generación de acedenas de valor
basads en la agricultura; emergencia de nuevas cadenas de valor a partir de los
residuos (orgánicos); las biorrefinerías integradas para la obtención de
energía, pulpa y productos químicos. La SIRA 2017 presenta el concepto de
orientaciones estratégicas, los pilares que componen las cadenas de valor
renovables. El documento se estructura ahora en cuatro orientaciones
estratégicas: materias primas biomásicas sostenibles; procesos innovadores;
bioproductos innovadores para aplicaciones específicas; incorporación al
mercado.
Ambas ediciones enfatizan el
papel de las cadenas de valor. Entonces, ¿cuál es el cambio? En la primera
SIRA, las cadenas de valor estaban bien definidas y delimitadas por las 5 referencias.
La nueva SIRA busca el entrecruzamiento de las cadenas de valor convencionales.
Los límites desaparecen y se abren novedosas posibilidades. Según las palabras
del propio documento, “el enfoque de cadena de valor múltiple incrementa las
oportunidades para convertir y valorizar nuevas materias primas en un amplio
abanico de bioproductos”.
La bioeconomía es esencial
para la economía circular
A lo largo de la nueva SIRA se
pueden encontrar nuevos elementos que apoyan el desarrollo de una bioeconomía
circular. Si revisamos los objetivos estratégicos generales: el primero y el
décimo incluyen los biorresiduos (FORSU o lodos procedentes de tratamiento de
aguas) como nueva materia prima; el tercero reivindica la movilización y
utilización del 15 % de los recursos no utilizados al año para el 2020; el quinto
busca la aplicación de bioperaciones con “cero residuos” y el cierre de ciclos.
En la sección dedicada al suministro de materias primas sostenibles (primera de
las orientaciones estratégicas), las corrientes residuales y laterales se
mencionan constantemente. Esto es sólo un ejemplo, la nueva versión está llena
de referencias a la economía circular. Curiosamente, la palabra “circular” no
aparecía en la SIRA anterior.
Los recursos acuáticos y el CO2
como materias primas prometedoras
Según el décimo objetivo general,
los recursos marinos vivos representan un enorme y apenas explotado reservorio
de bioproductos. Una subsección completa de la primera orientación estratégica
ensalza las bondades de las materias primas acuáticas y afirma que el
aprovechamiento del potencial de los mares y los océanos de manera sostenible
es crítico para Europa.
Las bioindustrias proponen la
captura y uso del CO2 para aplicaciones en agricultura o conversión
en productos de alto valor añadido. Trabajarán conjuntamente con el consorcio
público-privado SPIRE para buscar nuevas soluciones para valorizar el CO2.
Mientras SPIRE se centra principalmente en tecnologías químicas, las
bioindustrias usan la vía biotecnológica.
Incremento del TRL en
proyectos de investigación e innovación (RIA)
La SIRA 2013 fijó 7 objetivos clave mensurables. En la nueva SIRA, aquellos
7 objetivos y sus indicadores clave de rendimiento (“Key Performance Indicators”,
KPI por sus siglas en inglés) permanecen sin cambios y se añade un objetivo
adicional. Es el incremento del nivel de madurez tecnológica (“Technology
Readiness Level”, TRL por sus siglas en inglés) de tecnologías, valga la
redundancia, comparado con el nivel de partida al inicio del proyecto. Este
objetivo afecta a acciones de innovación en investigación (“Research and
Innovation Actions”, RIA por sus siglas en inglés). El número de nuevas y
mejoradas tecnologías de proceso validadas en proyectos BBI debería alcanzar la
cifra de 20 en el 2020.