Alberta financia una biorrefinería para probar la tecnología de SBI BioEnergy
La provincia canadiense de
Alberta se está poniendo en marcha para luchar contra el cambio climático a
través de su Climate Leadership Plan. Un
componente clave de este plan es su nuevo programa de tarificación de la
intensidad de las emisiones de carbono. Los ingresos serán completamente
reinvertidos en medidas para reducir la contaminación (tecnologías limpias,
energía renovable y eficiencia energética). También se emplearán en un programa
para que comunidades dependientes del carbón, comunidades indígenas, familias
con bajos ingresos y pequeños negocios se ajusten una economía más baja en
carbono.
Dentro de este marco, el Climate Change and Emissions Management
Corporation (CCEMC) ha destinado una contribución de 10
millones de dólares (ingresos procedentes del impuesto que los mayores emisores
de Alberta pagan por emitir gases de efecto invernadero) para la construcción
de una planta de 20 millones de dólares que probará la tecnología de SBI BioEnergy para producir combustibles renovables a
partir de materias primas sostenibles. SBI ya ha recibido apoyo de otras
organizaciones de la cadena de innovación de la provincia en el pasado. Alberta Innovates Bio Solutions asignó 1,4 millones para
apoyar el desarrollo de la tecnología en 2013. Alberta Innovates Technology Futures
aportó 460,000 dólares así como servicios de tutelaje, laboratorio y almacenado.
El proyecto
En pocas semanas, la empresa
espera trasladarse a sus nuevas instalaciones en el Edmonton Research Park,
que albergará la biorrefinería de demostración que producirá 10 millones de
litros de combustibles renovables al año. El comisionado de la planta llevará
varios meses y la puesta en marcha está programada para finales de año. El
proyecto generará 35 empleos en la región de Edmonton y supondrá una reducción
de las emisiones de gases de efecto invernadero de más de 112.000 toneladas en
2020. La instalación proporciona a los granjeros de Alberta un nuevo mercado
para canola de calidad inferior. El siguiente objetivo de la empresa será
construir una biorrefinería a escala comercial que producirá 240 millones de
litros/año en 2018.
El proceso
SBI usa un proceso catalítico sin
aporte de hidrógeno que desoxigena y rompe varias materias primas oxigenadas
incluyendo aceite de canola de calidad inferior, aceite de cocina usado, grasas
animales y talloil. SBI también puede utilizar otras semillas oleaginosas no
alimentarias procedentes de cultivos en terrenos marginales no aptos para
producción alimentaria.
Figura 1. Diagrama de proceso
simplificado de la tecnología de SBI (extraído
de “SBI Bioenergy Presentation – October 2012”)
En un primer paso, los lípidos son mezclados con metanol en un reactor PICFTR
(“Process Intensification & Continuous Flow-Through Reaction”) que produce
glicerol y biodiesel. En un segundo reactor PICFTR, el biodiesel se transforma
en gasolina renovable, biocombustible para aviación y diésel renovable. El
metanol se recupera y se reutiliza. El catalizador es heterogéneo, insoluble y
no consumible. Los biocombustibles producidos pueden ser mezclados
completamente con los combustibles convencionales y no requieren
infraestructura especial para su almancenamiento o manejo. Como el proceso de
SBI no requiere hidrógeno, parece que los costes de capitales son inferiores a
los de otras tecnologías para obtener biocombustibles avanzados a partir de
aceites vegetales como el hidroprocesado.