Proyecto SostRice – Buscando un modelo sostenible para la gestión de la paja de arroz



Normalmente, el blog se centra exclusivamente en instalaciones y procesos asociados al sector del biorrefino y de la química verde. En esta ocasión, abordaré el tema de esta entrada desde una perspectiva un poco más amplia, teniendo en cuenta aspectos importantes relacionados con la materia prima. Esto es posible porque he tenido la oportunidad de asistir a una jornada sobre la gestión sostenible de la paja de arroz en la que representantes de las diferentes partes interesadas (técnicos, agricultores, administración y ecologistas) dieron su opinión sobre los retos y las posibles soluciones que presenta ese campo. Escuchando en la mesa redonda a los expertos de la parte agrícola, la más desconocida para mí, he recogido la mayor parte de los apuntes que contiene esta entrada.

La jornada se ha llevado a cabo en el marco del proyecto SostRice (CO2 Emission Reduction of the Rice Cultivation through Energy Valorisation of the Rice Straw) en las instalaciones de AINIA en Paterna (Valencia). Dicho proyecto está financiado por el Programa LIFE de la Comisión Europea y presenta un consorcio formado por el IAT (líder), AINIA, CITAGRO, CTAER y Ludan Renewable Energy. Se trata de una iniciativa de demostración que tiene como objetivo reducir la energía, los fertilizantes y el consumo de agua necesarios para el cultivo de arroz a través del desarrollo de un sistema sostenible de gestión de la paja.

Introducción a la problemática de la gestión de la paja del arroz

Las actividades del proyecto SostRice se centran en dos de las zonas productoras de arroz más importantes de España: las Marismas del Guadalquivir (Andalucía, 35.000 ha) y la Albufera (Valencia, 15.000 ha). Ambas zonas se caracterizan por estar muy próximas a áreas protegidas, el Parque Natural de Doñana en el primer caso y el Parque Natural de la Albufera en el segundo. También, ambas, están experimentando graves problemas ambientales asociados a la gestión de la paja de arroz. Para tener una idea de las cantidades, se estima que la generación de paja por hectárea en las Marismas se aproxima a las 4,5 toneladas.

De manera tradicional, se han venido utilizando varias operaciones para gestionar este residuo:
1. “Fangueado”
Se trata de la incorporación total al suelo de la paja. Permite impermeabilizar la tabla y reducir la necesidad de bombeo de agua.
Presenta problemas derivados de la fermentación incontrolada del residuo: emisiones de metano y sulfhídrico; aparición de fisiopatías en los cultivos; mortandad de peces.
2. Quema de rastrojos
Es un procedimiento barato para el agricultor que permite eliminar las plagas.
Presenta problemas derivados de la combustión: liberación de grandes cantidades de CO2; efectos negativos para la salud humana; peligro potencial para zonas de elevado valor ambiental. Además, se produce una pérdida parcial de nutrientes (parte de ellos permanecen en las cenizas).
3. Empacado para consumo animal
Esta opción no es muy utilizada porque la paja de arroz no suele ser del agrado de la ganadería y presenta un elevado contenido en sílice.

La recogida de la paja de arroz

Tras todo lo expuesto en el anterior punto, parece claro que una alternativa más sostenible para la gestión de la paja tiene que pasar por su valorización. Sin embargo, antes de llegar a este proceso, hay que tener en cuenta unas operaciones a las que todos los expertos dieron suma importancia y de las cuales puede depender toda la estrategia de gestión: la recogida y el transporte.

Figura 1. Arrozal inundado (extraída de la página web de SostRice)

Debido a las características especiales de algunas de las áreas en las que se cultiva el arroz, la logística de la paja no es algo sencillo. Por ejemplo, en las zonas bajas de la Albufera (sobre el 40% del área total), el terreno se embarra cuando se cosecha y si se deja caer la paja al suelo, se hace muy difícil su recogida y transporte. Por tanto, para poder valorizarla, sería necesario desarrollar la tecnología adecuada. La rentabilidad económica de las soluciones posteriores puede variar en función de los avances en esas operaciones.

Otro punto importante es la estacionalidad del recurso. Cualquier modelo de valorización que pretenda trabajar en continuo (como los prototipos de los que se hablará a continuación), deberá tener en cuenta la relevancia del almacenamiento de la paja que se genera en un corto período.

Estrategias de valorización y modelo de gestión en el proyecto SostRice

El proyecto SostRice contempla dos soluciones para dar valor a la paja de arroz: la combustión y la digestión anaerobia. Para su estudio, se han diseñado, construido y puesto en marcha sendos prototipos de demostración. En ambos casos, se están tomando los datos necesarios para realizar una evaluación integral de la sostenibilidad (técnica, económica, ambiental y social) a través de herramientas basadas en la técnica de Análisis de Ciclo de Vida. Los datos se compararán con los obtenidos al estudiar los modelos tradicionales.

En el transcurso de la jornada, se habló principalmente del prototipo de digestión anaerobia que Ludan ha diseñado y montado (véase abajo vídeo sobre el prototipo). Antes de entrar en el proceso, la paja es pretratada mediante medios mecánicos. Una vez en él, es sometida a dos etapas de digestión para obtener biogás y un digestato estable. Conviene destacar que la paja de arroz no es una materia prima que se utilice habitualmente en procesos de digestión anaerobia y, por tanto, es necesario llevar a cabo un desarrollo técnico para tratar con éxito este residuo lignocelulósico. En la planta piloto, se están probando a escala pre-industrial, avances previamente conseguidos por AINIA en una escala más reducida. De acuerdo a los primeros datos que se están recogiendo, la cantidad de biogás generado podría alcanzar los 200 m3 por tonelada de paja. La naturaleza del digestato obtenido varía en función del sustrato con el que se codigiere. Si se codigiere con agua, el resultado es pobre en nutrientes, mientras que si se codigiere con residuos ganaderos, se genera un  producto mucho más rico.

Vídeo sobre la planta piloto de digestión anaerobia

El modelo global planteado por el proyecto pretende no sólo reducir las emisiones de gases invernadero y de consumos energéticos de toda la gestión de la paja sino que también tiene la vista puesta en cerrar el ciclo de nutrientes a través de la utilización del digestato como biofertilizante mineral. Los arrozales tienen una carga orgánica muy alta por lo que no se abonan con fertilizantes que la aumenten. Sin embargo, sí se emplean fertilizantes minerales (sobre todo, nitrógeno) y ahí es donde se intentará incidir. Aunque no está dentro del enfoque del proyecto, los biofertilizantes producidos también podrían ser sacados del ciclo y aprovechados para abonar otros cultivos que sí necesiten carga orgánica.

También conviene subrayar que el modelo SostRice pretende que las plantas de valorización se acerquen lo máximo posible a la zona de generación del residuo. De esta manera, se optimiza la logística y se minimizan los gastos de transporte.

Otras estrategias de valorización

Durante la jornada, también se mencionaron otros proyectos y estrategias para gestionar la paja:
1. Usos a pequeña escala (proyecto Banco de Paja): acolchados en huertos ecológicos, bioconstrucción, mantas para la estabilización de taludes,…
2. Fabricación de mantas o rollos de paja para prevenir la erosión del suelo al establecer una cubierta o sustrato sobre el cual es posible hacer crecer la vegetación y retener la humedad del suelo (Proyecto LIFE Eco-Rice).
3. Compostaje de la paja del arroz junto con los lodos de la depuradora y posterior producción de un abono orgánico (Proyecto LIFE Biocompost).

Finalmente, me gustaría destacar otra iniciativa más de la que no se habló en la jornada pero con la que el modelo propuesto por SostRice podría establecer sinergias en el futuro. Se trata del Proyecto LIFE WALEVA (From Whatever Residue into Levulinic Acid – an innovative way to turn waste into resource) que pretende valorizar la paja de arroz a través de su conversión en ácido levulínico. Se trata de una molécula plataforma muy versátil con numerosas aplicaciones en diferentes sectores. El proyecto cuenta con el respaldo de la asociación de agricultores de la región de Don Benito (Extremadura), otra de las principales zonas arroceras de España. El consorcio está formado por Técnicas Reunidas, CICYTEX y feiQue. Una futura fusión de los resultados de ambas iniciativas podría dar lugar a una biorrefinería integrada con la paja de arroz como materia prima.

NOTA: Mis agradecimientos a Andrés Pascual (Jefe del departamento de Medio Ambiente, Bioenergía e Higiene Industrial de AINIA) por invitarme a la jornada.

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